Uno puede estar a favor de la globalización y en contra de su rumbo actual, lo mismo que se puede estar a favor de la electricidad y contra la silla eléctrica.
(Fernando Savater)
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América Latina y la Globalización
La globalización asusta a la ciudadanía, asusta a las
poblaciones desprotegidas, asusta a los pueblos pobres, asusta a lo jóvenes que
titubeantes se preguntan si verán un mejor futuro el siguiente día, y asusta a
lo viejos conocedores de la historia, la historia que pisaron y temen cambiar.
Los portavoces del movimiento de la globalización se preguntan a qué le temen,
por qué temen a la globalización sino es más que un nuevo concepto para un
acontecimiento que ya ha sido, que ya fue, que ya está. Pero más irreverente
sería aún no temerlo, no ser recelosos con el expansionismo económico de las
grandes potencias. ¿Por qué? Hagamos un poco de historia.
América Latina está conformada por 41, países, todos ellos
comparten una historia en común: la supeditación al capitalismo extranjero.
Desde el siglo XVI la expansión capitalista llegó a Latino américa para
convertir sus recursos en fuentes de acumulación de capital, mediante la
explotación y extracción de las riquezas nacionales. Con el genocidio y la
dominación, destruyendo usos y costumbres, ciudades enteras… dando origen así
al colonialismo. El colonialismo es un período de intervención europea,
principalmente España, Portugal, Francia y Holanda, comprendido entre los
siglos XVI y XIX. Las colonias no eran más que extensiones del poder
monárquico, representadas con un virreinato que obedecía a la corona; dicha
razón el interés por el desarrollo de la colonia nunca fue prioritario salvo
que a las propias conveniencias de los colonizadores fuera necesario el
desarrollo de algún área como el transporte y las comunicaciones.
A partir de los movimientos independentistas del siglo XIX,
el mundo se enfrentó a una nueva configuración del orden económico que se vivía
hasta ese entonces, con el dominio de las naciones europeas y el saqueo de las
colonias, no es el fin de la interdependencia, es una pausa hacia el desarrollo
imperialista del capitalismo, un capitalismo sofisticado, ya no bajo el
estandarte de la corona sino bajo el paradigma del mercado. El colonialismo se
ha superado así mismo, no se supedita a la corona, sino a la fuerza del
monopolio.
Mas el capitalismo sigue evolucionando y dentro de los
esquemas de lo neoliberal, se promueve la integración de las naciones, que paradójica mente conlleva a la formación de bloques económicos que establecen
aranceles y regulaciones para aquellos que no formen parte del bloque
constituido, irreverente término globalización dentro de este entorno fragmentado. La historia indica un nuevo orden hacia la mitad del siglo XX,
cuando Europa se derrumba y Estados Unidos toma el control de la economía, el
mundo se dolariza, las tras nacionales se proliferan, y América Latina se cubre
de barras y estrellas.
¿Que la globalización es algo nuevo? No, en verdad no lo es.
Sino que adquiere ahora dimensiones distintas y más complejas que en el pasado.
En la actualidad el crecimiento del comercio mundial se centra en los bienes de
mayor valor agregado. Los procesos productivos se encuentran segmentados en
todo el mundo, bajo la caratula de empresas transnacionales y sus filiales.
Como cierto es que los desequilibrios económicos, la
desigualdad social, la pobreza, son males que desaparecerán sino por el
contrario serán más fuertes, porque así se manifiesta dentro del sistema
capitalista, clasista, monopolista.
La globalización refleja los cambios en la tecnología, la
acumulación de capital y la aptitud de las economías nacionales para generar
ventajas competitivas.
La globalización de la información y los valores se ha
presentado gracias a los avances tecnológicos. Ahora los costos de transacción,
transmisión y emisión de documentos, imágenes, información financiera, han
disminuido considerablemente por lo que ahora es asequible para grandes
sectores de la población.
Los efectos de la globalización en América Latina
Los efectos de la globalización para las economías en
desarrollo se distinguen entre efectos positivos y negativos. Los efectos
positivos tienen que ver con el impulso a las nuevas tecnologías y el
desarrollo sustentable. Los efectos negativos fracturan la realidad interna,
perjudican a los países en vías de desarrollo y los supeditan a acciones y decisión
de las economías más fuertes.
Estos efectos negativos se deben precisamente a que la
globalización es un fenómeno selectivo, desigual.
Tanto en la producción como
en el comercio, los países más desarrollados protegen sus mercados en productos
o sectores que consideran estratégicos para su economía. Más a los países de
bajo desarrollo les obligan mediante medidas y sanciones a liberar todos
aquellos sectores que son fundamentales para sus economías. De esta manera la
competencia no es leal, mientras los países en desarrollo tienen que aventarse
al ruedo del comercio internacional sin armas, con su producción desprotegida;
los países industrializados tienen enormes barreras para proteger sus
productos.
La globalización es pues, un proceso político en el que las
naciones más poderosas y organismos internacionales liderados por las mismas,
toman las decisiones económicas y financieras que afectan al resto del mundo.
Es en la globalización donde se refleja el control de las naciones
industrializadas, siendo el principal entre hegemónico los Estados Unidos.
México se ha sumergido en este proceso de globalización sin
recelo alguno, ha suscrito ocho tratados de libre comercio y un acuerdo de
complementación económica. Aun así el principal socio comercial es Estados
Unidos, más del 80% de las exportaciones mexicanas tienen dicho destino.
- El Tratado de Libre Comercio de Norte América, TLCAN (México, Estados
Unidos y Canadá). (Publicado en el Diario de la Federación
el 20 de diciembre
de 1993).
- El Tratado de Libre Comercio G-3 (México, Colombia y Venezuela) (Publicado en el Diario de la Federación el 9 de enero de 1995).
- El Tratado de Libre Comercio entre México y Bolivia (Publicado en el Diario de la Federación el 11 de enero de 1995).
- El Tratado de Libre Comercio entre México y Costa Rica (Publicado en el Diario de la Federación el 10 de enero de 1995).
- El Tratado de Libre Comercio entre México y Nicaragua (Publicado en el Diario de la Federación el 1 de julio de 1998).
- El Tratado de Libre Comercio entre México y la República de Chile (Publicado en el Diario de la Federación el 28 de julio de 1999).
- El Tratado de Libre Comercio entre México e Israel (Publicado en el Diario de la Federación el 28 de junio del 2000)
- El Tratado de Libre Comercio entre México y la Unión Europea (Publicado en el Diario de la Federación el 26 de junio del 2000).
En conclusión, el temor a la globalización no es simplemente
un prejuicio o un terror a lo desconocido, todo lo contrario es el recelo hacia
esta dominación capitalista evolucionada en una serie de artilugios y tratados.
Mas la globalizan no es un agente maligno a toda la civilización sino que es
selectiva, y mientras beneficia enormemente a algunos a otros los hunde cada
vez más en la pobreza.
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